Un honor más que Granada Costa me ofrece. Nunca pensé que tan pronto
iría a recibir este premio sobre mi carrera artística, empecé tarde pero se
suele decir que cuando se quiere ganar algo, con constancia se consigue, cuando
lo merecemos. Tanto el baile como la escritura llegaron en un momento de mi
vida en que necesitaba un desahogo, sirvió para demostrarme tanto a mí como a
mi familia que el esfuerzo tiene recompensa. Ante todo, trabajé para mi propio
placer.
Aunque toda la vida fui criticada, a día de hoy soy el honor
de la familia, estoy encantada porque aunque no tengo a la familia cerca podré
dejar un recuerdo a mis nietos. Yo vine de la miseria, en mis tiempos, cuando
chupaba las ramas de los árboles no sabía qué era un poema. Qué iba a
imaginarme, al final de mi vida, lamentablemente, que acabaría siendo escritora
y poeta.
Por otra parte, la enfermedad no me ha ayudado a seguir el
camino que querría haber seguido. En el baile pude recorrer España y varias
partes de Europa, pero en la escritura, debido a la enfermedad, no he podido
recorrer todo lo que me gustaría, pero conseguí algo aún más importante, una
nueva familia que me ayuda a seguir moralmente, me siento muy querida de ver
cómo mis compañeros me apoyan y me animan a seguir creciendo. Espero que Dios
no me quite mi memoria porque querría seguir escribiendo hasta el final de mis
días. A ver si queda marcado un recuerdo en este país de todo lo que conseguí en
los últimos años y cuando llegara mi día de partida que quede marcado en una
piedra las recompensas que he ganado. Aquí donde vivo no soy conocida, solo por
los comerciantes, la gente que me conoce del baile es gente de fuera de la
ciudad. Yo era una persona muy alegre y tenía mucho contacto con la gente pero
no soy una persona que se mete en la vida de los demás. Soy persona de guardar
secretos, pueden imaginar cómo soy.
Agradezco a todas las personas que me dan aliento y fuerza
para seguir, aún estando enferma como estoy quiero continuar. ¡VIVA GRANADA
COSTA!
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